miércoles, 26 de agosto de 2015

miedos.

que difícil es verles la cara a tus miedos. que difícil  tener que mirarlos a los ojos, no poder pestañear siquiera. enfrentarte sin haber escogido esa opción.

el vértigo  que da el segundo antes del paso, como cuando sólo  dependes de una cuerda, de una cuerda lo bastante fina como para que te genere dudas, y en frente, abismo, y nada más.  piensas, y lo único  que te hace caer  es un empujón,  una patada lo suficientemente fuerte, algo que te haga olvidar, que te haga olvidar el miedo, las dudas, que te empuje  adelante, aunque el vértigo  sea incansable, y el miedo a caer, caer otra vez... no puede ser.
pienso, digiero, todo extraño, todo sin sentido. estoy a punto de caer, a punto de creer. que dificil es mantener la calma cuando el mar susurra, y la noche oculta!  quitarte la venda de los ojos. no es la primera vez. esta es la diferencia entre valientes y cobardes,  los valientes se fuerzan, aunque no les guste, los cobardes viven de excusas, de abandonos, de autocompasión  y demasiado  amor propio. las excusas son cosas de cobardes. los miedos, en cambio, son el principio de la valentía,  la oportunidad que da la vida para poder avanzar, crecer, subir un poco más  arriba. Crecemos  a base de las heridas pasadas, te aferras al dolor de otro, tiras de su dolor, para poder tapar el tuyo, subir un paso mas, haces que el tuyo no existe, olvidas tus miedos, y de repente,  miras,  miras otra vez, alli está, allí  está  otra vez,  y solo quieres gritar, porque a penas puedes pestañear, y eso es terrible, terrible, terrible...
las noches que no acaban. los dias eternos. pero quedan dos días,  apenas dos dias y todo termina, la calma, la paz.
uno siempre vuelve a los sitios donde amó  la vida. siempre vuelvo, nuevo, fresco,renovado.


domingo, 17 de mayo de 2015

Los buenos libros.

Que somos el uno para el otro;
luego ríes, recostándote en mis brazos porque la vida no es un párrafo.

Y la muerte, yo creo, no es ningún paréntesis.

 Sonríes, y te digo que Todo principio no es más que una continuación, y el libro de acontecimientos se encuentra siempre abierto por la mitad. Aún quedan muchas páginas en blanco en mi libro, esperando nuestras historias!





Amor, jamás acabarás de ser amor.

lunes, 4 de mayo de 2015

Entropía.

Un hombre de rostro sombrío sostiene entre sus dedos un cigarro que fuma de manera flemática, cuyo humo se desvanece en el aire hasta desaparecer.

Contempla sorprendido la agitación colectiva de la ciudad, donde todo ocurre demasiado deprisa. Donde la ansiedad invade las calles y la impaciencia destruye a las personas. Donde los relojes no se detienen y los minutos matan más que las balas. Donde agonizan los momentos.

Nadie se percata de la necesidad de calma entre tanto ruido.

Mientras el cigarro se consume no puede dejar de mirar a los transeúntes caminando apresurados por el laberinto de sus vidas moribundas y juzgarlos por ser víctimas de su suerte. Les culpa de perder la vida a cada paso, de morir a cada instante.

En sus miradas distingue las heridas de un pasado precipitado y los presagios de un futuro incierto. Todos los ojos reflejan lo que han visto y lo que no han podido ver. Todas las personas reflejan quiénes han sido y quiénes han querido ser.
Con tranquilidad arroja el cigarro al suelo adoquinado y lo aplasta con el tacón de su bota. Se apoya contra la pared, despreocupado, mientras pasan los minutos.

La oscuridad farragosa se superpone sobre el caos mientras se atenúa lentamente la ciudad. La falta de luz transfigura la tristeza en indiferencia. Todo se hace más frío. Todo se hace más lóbrego.

A cada momento, las personas se desvanecen con mayor ligereza ante sus ojos. Como el humo del cigarro que, ahora, es colilla.

Y cada segundo que pasa es un segundo menos.






Los ojos son el espejos de un ser. Hay personas que cuentan mas callando, hablando con los ojos, mas de lo que podría explicar cualquiera de las frases que intentes crear.

 Los tuyos, cuentan miles de historias, abarcan mundos, y nunca paran de sorprender. Tal vez esa sea la magia de la vida, la magia de las personas. Que aun sin esperar nada, y cuando todos los demás son tan grises, tan despreocupados por encontrar algo mas en cada segundo que pasa, los tuyos cuentan historias , y dan color a una existencia gris. 

 

Ahí está la magia. 

martes, 14 de abril de 2015

El corazón.

Todo el mundo sabe que un corazón es sólo responsable de llenar algo de sangre, excepto que nunca llena de amor con sangre porque nadie puede hacer eso porque el amor llega cuando quiere y se va cuando quiere y se sube a un avión y se va donde quiere, y nadie puede pedirle al amor que no haga eso, porque es parte del riesgo del amor, el riesgo que vale la pena de él, que se irá si siente que irse es su costo, y que eso vale la pena, vale la pena, vale la pena. 

Si algo me maravilla del cuerpo humano es que, independiente de los deseos y de los sentimientos del habitante, el cuerpo lucha porque viva. No importa que sea bueno, que sea malo, que esté triste, que esté enamorado.
El cuerpo siempre está ahí, con el cerebro comandando para que el sujeto respire hasta cuando se quede sin palabras. El corazón late fuerte antes de que el suicida se lance al vacío. El cerebro grita a través de sus nervios para que apartemos la mano del fuego. Y algo parecido pasa con el amor.
Incluso cuando recordamos malas experiencias, el cuerpo sigue tratando que sigamos adelante, de una manera u otra.
Y siempre lo consigue.

martes, 31 de marzo de 2015

Temporal.

De hecho, si estás dispuesto, en este mundo hay muy pocas cosas que no puedas dejar. No, tal vez no haya ninguna. Y, puestos a dejar cosas atrás, acabas queriéndolo dejar absolutamente todo.

Descubrir que el cielo era eso que estaba en tu interior. Pero ya no está.

lunes, 16 de marzo de 2015

Puentes.

Lo había estado esperando. Ahora lo comprendía completamente. Este momento, aquí, ahora, con el cielo a sus pies y millones de estrellas en su mirada.
Como si todas las historias, las personas que han habido antes, eran una especie de puentes. Puentes frágiles que me permitían acercarme cada vez mas a este instante, y que habían que romperse en cuanto los hubiera cruzado.

Y aprendí que nunca se está listo para lo que se tiene que hacer. Sólo lo haces.
Y que el amor no duele, cariño. El amor cura.

martes, 10 de marzo de 2015

Razones.

Creo que uno nunca se percata del verdadero amor hasta que éste nos quema.

Creo que uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido.

Y tu, y tu... "No te rindas con la gente que quieres". Es algo que me enseñaste.

domingo, 8 de marzo de 2015

En mayusculas.

Si bien es cierto que perdemos muchas batallas, también las batallas nos pierden de vez en cuando. Y así como perdiste a alguien hace muchos años, ahora alguien te esta perdiendo. Porque no supo ver que ibas a su lado, que lograste vencer tus miedos para hacer las cosas bien por primera vez en tu vida. El hecho de ver como se rinde te está haciendo crecer, pero duele. Siempre duele.
Tal vez no consigas lo que esperabas, pero tal vez esa sea la única manera.

martes, 3 de marzo de 2015

Incandescente.

Tu presencia cruza calles, semáforos en rojo. Te siento: tres pasos, dos pasos, uno. Ya estas aquí.

domingo, 1 de marzo de 2015

Destinos.

Y vago, dando vueltas con mis instrumentos y mis cuadernos, sin hallar el principio de lo que busco, la entrada a una respuesta cualquiera. ¿Dónde empieza el final del mar? ¿Nos referimos al inmenso monstruo capaz de devorar cualquier cosa o a esa ola que espuma en torno a nuestros pies? ¿Al agua que te cabe en el cuenco de la mano o al abismo que nadie puede ver? ¿Lo decimos todo con una sola palabra o con una sola palabra lo ocultamos todo? Estoy aquí, a un paso del mar, y ni siquiera soy capaz de comprender dónde está él. 
El mar. El mar.

Fragmento final de uno de los grandes de mi vida, Océano Mar, de Alessandro Barroco.

jueves, 26 de febrero de 2015

Comienzos.


Todo era mas bonito cuando aun no nos conocíamos;
Tan ingenuo, tan fresco, tan intacto. La prisa nos empujaba a los besos, y nos quedábamos sin aire hasta matarnos. Nos queríamos sin saberlo, nos destuíamos sin notarlo.
Hoy, después de todos esos días que parecen años, te veo a los ojos y aun deseo meterme entre tus brazos y jalarte los gritos hasta que se te dibujen en los labios, y comerme la sonrisa, y enredarme entre tus ganas, desvestirme esta angustia que se me vuelven lágrimas, y borrarme de ti. Quisiéramos que volviéramos a ser un par de extraños, juro que no me importaría revivir los daños. Y es que aun una parte de mi amaría matarte, la otra se muere por volver a amarte. "

- No estoy aquí: Ámame o muérete.