martes, 31 de diciembre de 2013

Sabores.

No se hablar de la evolución de la vida, Pero puedo hablar de mi. De mis días, mis subidas y mis bajadas, la gente que ha estado, la que se fue, la que se queda, y la que promete estar mucho más. Puedo hablar de aquellas sonrisas robadas, las veces que rompí una promesa, las veces que dije un "yo nunca" y luego resultó ser una necesidad. Puedo hablar de esa sonrisa que ahora me enloquece, esos besos que puedo echar de menos y esos que ya me sobran. Puedo hablar de cambios,de nuevos proyectos, de otros que ya están cerrados, de abandonos, de sonrisas, de lágrimas, de gritos, enfados, te quieros y abrazos en secreto, de esos que son solo nuestros. Ha sido un año intenso, sorprendente y con un sabor agridulce. Deja sabores amargos, como un triste adiós, y sabores tan dulces como ver que quieres, que me coges de la mano y que entonces el mundo es nuestro. Y que siempre tendré ese mundo, ese pequeño mundo tan tuyo y mío, pase lo que pase. 

domingo, 29 de diciembre de 2013

De amor y otros desastres .

-Regina.. Regina.. 
-¿Te acuerdas de aquella roca que se metía al mar como un barco de piedra? Allí ha de estar todavía.
-Allí te conocí. ¿Ibas mucho a ese lugar?
-Todas las tardes. Se forma una laguna entre las rocas y uno puede mirarse en el agua blanca. Allí me miraba y un día apareció tu cara junto a la mía. De noche, las estrellas se reflejaban en el mar. De día, se veía el sol arder.
-No sabía qué hacer esa tarde. Veníamos peleando y de repente aquello se hundió, los pelones se rindieron y uno ya estaba acostumbrado a otra vida. Entonces me empecé a acordar de las demás cosas y te encontré sentada sobre esa roca.
Con las piernas mojadas.
-Yo también lo quería. Apareciste a mi lado, en mi lado, reflejado en el mismo mar. ¿No te diste cuenta que lo quería yo también?


(Dime. ¿Por qué supe, en cuanto te vi, que ya no iba a importar nada más? Sabes: me dije que en ese mismo momento tenía que decidirme. Que si tú pasabas de largo, perdería toda mi vida. ¿Tú no?)


Fragmento de "la muerte de Artemio cruz "

jueves, 26 de diciembre de 2013

Tristessa.

"No somos nada."
"Tal vez mañana nos llegue la muerte."
"No somos nada."
"A ti y a mí."
Caballerosamente le alumbro todo el camino y la dejo en la calle donde llamo a un taxi para que la lleve a su casa.
Desde los tiempos infinitos y hasta el eterno futuro el hombre ha amado a la mujer sin decírselo y Dios los ha amado a ambos sin decírselos tampoco, y el vacío no es el vacío porque no hay nada que vaciar.
¿Estás ahí Señor de las Estrellas? La lluvia que rompe mi tranquilidad comienza a disminuir.




 Que el título no los engañe. Sobre todo sé que desentona con estas fechas, pero Tristessa es de los libros más bellos del universo. Y fue escrito por el gran amor de mi vida: Jack Kerouac. 
Gracias a él me declaro una Vagabunda del Dharma.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Puedes contar conmigo!


Y sólo quedarán los buenos recuerdos de ayer que fueron de los dos.. Y hoy solo quiero creer.. 
Que recordarás las tardes de invierno por Madrid, las noches enteras sin dormir, la vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor al verte esperando en mi portal, sentado en el suelo sin pensar que puedes contar conmigo para siempre, y no puedo evitar echarte de menos mientras das la mano a mi tiempo y te vas, y siento que quiero verte y verte, y pienso que recordaras las tardes de invierno por Madrid, las noches enteras sin dormir, la vida se pasa y yo me muero, me muero por ti!.. 


Fragmento de una de esas canciones que trae más recuerdo que melodía, una de esas canciones que te estampa una cara en la memoria y que te hace sonreír embobada, porque al fin, esa canción, tiene nombre y apellidos. 

domingo, 22 de diciembre de 2013

Verdades 3 A.M.

Y ahora estábamos allí los dos, mirando boquiabiertos los tanques con los peces.
Comprendí que una sensación cálida, de contornos confusos, avanzaba hacia nosotros. Una señal suspendida entre nosotros como un vapor.
-¿Sabes? Lo he estado pensando -dijo. No había nadie, los únicos que podían oírnos eran los peces luna-. Creo que siempre te he querido.
Me quedé en silencio. Era como si de pronto todas las cosas me resultaran cercanas. Los edificios, la barandilla, mis manos. 
La visión de las cosas que da el amor.

( Fragmento de "Amrita", de Banana Yoshimoto. )

viernes, 20 de diciembre de 2013

Pero hay una mujer!.

Hay una mujer. La amo. Podría decir, punto por punto, por qué. Podría enunciar sus rasgos de carácter, sus inclasificables rasgos de carácter, buenos y malos, que me han llevado a amarla: habla griego, tiene pecas, tiene una herida en la frente, una leve señal de interrogación; es radical, le gusta la buena vida, su cabellera es larga y ondulada, su boca es agria, su corazón es débil, sus muslos son cortos (uno más que el otro), (...); le gusta Italo Calvino, los copos de avena, tiene la piel morena, es vulgar y pudorosa a la vez, con la misma determinación valiente. Podría contar con los dedos de una sola mano las veces que la he visto, etcétera. 
"La verdad es que te amo." Se lo cree y no.
(Texto del libro "Una mujer", de Péter Esterházy.)

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Deseos de año nuevo.

Este año  voy a pedir una dosis de felicidad contigo, que me regales una sonrisa de las tuyas cada mañana, un mensaje bonito cada día, un abrazo reconfortable que me lleve a las nubes  y me haga volar, que  me digas lo guapa que estoy un viernes por la tarde en casa con el pijama, que grites que me quieres y que me susurres que para siempre.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Bartleboom.

No sé. Hay gente que se muere y, con todos los respetos, no se pierde nada. Pero él era de los que, cuando ya no están, lo notas. Como si el mundo entero, de un día para otro, se hiciera un poco más pesado. A lo mejor este planeta, y todo lo que hay en él, flota en el aire sólo porque hay muchos  Bartlebooms por ahí, ocupados en mantenerlo en su sitio. Con su ligereza. No tienen cara de héroe, pero mantienen el garito en marcha. Son así. Bartleboom era así. O sea: era capaz de cogerte por el brazo, un día cualquiera, por la calle, y decirte en gran secreto
-Una vez vi ángeles. Estaban en la orilla del mar.
A pesar de que él no creía en Dios, era un científico, y no mostraba gran predisposición hacia las cosas de la Iglesia, no sé si me explico. Pero había visto ángeles. Y te lo decía. Te cogía del brazo, un día cualquiera, por la calle, y con la maravilla en los ojos te lo decía.
-Una vez vi ángeles.
¿Cómo no querer a alguien así?

( Fragmento de "Océano mar", de Alessandro Baricco.) 

sábado, 7 de diciembre de 2013

Ser libre, ser tuyo.

-- Es posible que te haya hecho daño muchas veces. Es posible que aún te haga más mal. Pero quiero pedirte que todo lo perdones. Yo solo he querido estar seguro de que me quieres como soy, y entonces me he propuesto ser como soy. Nada me ha detenido. Nada podría tampoco hacerme falso, distinto. Muchas veces me he puesto a pensar en aquello de Neruda:" amor que quiere libertarse para volver a amar". A mi me ha pasado muchas veces, siempre me pasa. Quiero quererte libremente, yo mismo. Todo lo que trata de detener mi amor, de hacerlo otro, de encerrarlo, ya sea una fórmula social, una caricia cerrada o una costumbre, todo eso me mortifica y me hace huir. Pero ya ya sabes la clave del regreso, tu humildad, tu fe. Tu misma. No lo olvides. Sabes bien que mientras tu seas tu yo seré tuyo. Que giro alrededor de ti, que solo en ti he encontrado paz y alegría. Y que muchas veces me voy solo porque quiero volver. 

-- Saber que me necesitas, que entenderás mi mueca y mis quejas, que me abrazarás con tanta fuerza que no podré respirar, y que aunque seamos tan miserablemente diferentes, siempre espero a que vuelvas