martes, 25 de noviembre de 2014

Eres.

No eres como los demás. Y he visto a muchos, y los conozco. Cuando hablo, tú me miras. Anoche, cuando dije algo acerca de la luna, tú miraste hacia la luna. Los demás nunca harían algo así. Los demás me dejarían hablando sola o me amenazarían. Ahora nadie tiene tiempo para nadie.

Fragmento de Farenheit 451, de Ray Bradbury (1953), que marcó un antes y un después en mi percepción de la felicidad y su corte con la realidad. Tal vez no se trata de cambiar el mundo, sino de mantener este!