lunes, 20 de enero de 2014

El alcohol me esta matando.


-Me parece mal la manía de mezclar el corazón en todo.
-El corazón no se mezcla nunca.
-Pues, ¿qué hace?
-Latir.
-¿Late el suyo? ¿por obra de quién?
-Por obra de mi sangre.
Palmera dejó escapar sus risas, como si abriese un jaulón de pájaros.
-Observo -dijo al fin, aún con la risa retozante- que conserva usted en todo momento su lucidez.
-¡Ay! Eso era antes... Ahora me hallo en la decadencia. El alcohol me está matando...
-¿Bebe usted mucho?
-No, pero me doy fricciones.
Nuevas risas transparentes de Palmera. Y una declaración grave:
-Es usted muy interesante.
-Lo mismo he oído decir siempre de Guatemala. Por lo demás, para que a una mujer le parezca interesante cualquier hombre, basta con que lleve una temporada durmiendo sola.
Palmera retrocedió dos pasos:
-¡Sepa usted que para dormir acompañada cada noche por un hombre distinto me bastaría con pronunciar cada noche un monosílabo igual!
-¿El monosílabo ven?
-¡Qué grosería! El monosílabo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario